01 X 02 (privado)

Dicky salió del bar de Esteban, como siempre estaba lleno de gente y Brian lo ayudaba bastante con eso, no lo necesitaban. Su guitarra descansaba en su hombro derecho, no quería quedarse encerrado en la casa de su amigo, necesitaba tomar aire, estaba casi seguro de que allí estarían sus miedos esperándolo como todos los días, deseando a atacarlo y atormentarlo como siempre, imágenes del pasado que lo agolpaban, lo entumecían y lo herían. Situaciones comprometedoras que le aterraba volver a recordar, quería que permanecieran dormidas en alguna parte de su interior, pero aquellos demonios se aferraban a hacerlo sucumbir ante la angustia ¿Para qué? Ya tenía el alma demasiado roída para que una daga más se clave profundamente, estaba casi seguro que no era eso lo que deseaban, era ese don horrible que lo atormentaba y que cada vez que sentía que tenía todo aparecían esas sombras y le arrebataban todo.
Caminó con sigilo, como si él también se convirtiera en una sombra, quería mimetizarse con esa oscuridad que lo perseguía, que lo empujaba a ser quien era. Desde que tenía uso de razón, no había conocido a alguien que lo tratara con respeto, sólo su tía pero muchas veces ella misma prefería no verse involucrada en situaciones en las que su propio hermano denigraba a tal punto a su sobrino. Cuando Sofía apareció en su mundo, Dicky comprendió que no todo era negativo y oscuro, sino existía algo de luz, una salvación para alguien que no tenía nada más que dar.
Descubrió que el canto y el amor de ella podían salvarlo de una vida completamente miserable, pero las cosas bonitas también se marchaban y ella se alejó de él como todos los demás, quedando nuevamente con la maldad personificada, su padre era un alcohólico que adoraba maltratarlo a tal punto de aprovecharse de su inseguridad.
Cuando Dicky pudo alejarse de toda esa mierda, comprendió que aunque quisiera escapar de la maldad era casi imposible, donde estuviera él cosas terribles sucedían, amigos que se quedaban en el camino y demonios que lo acechaban, no era la vida que necesitaba llevar pero que lo tendría que hacer.
El parque seguía tan hermoso como siempre, con la gente que caminaba sin tener preocupación alguna. Niños que sonreían y jugaban con los columpios e incluso reía a carcajadas y no pude dejar de sonreír también. Su niñez había sido terrible, llena de miedos e inseguridades, pero siempre encontraba la manera de escapar de la realidad, creando un mundo imaginario, y amigos con los que podía compartir todo. Sacó su guitarra azul de la funda y comprobó si estaba desafinada, no lo estaba y eso le alegró mucho más.
Comenzó con un suave rasgueo, no tocaría canciones de su autoría, empezaría con alguna canción de los Beatles y tras terminar con la introducción, se adentró en el canto, dejando su alma en ello y recordando que a pesar de los momentos de mierda que tenía y que había vivido, existía una pequeña luz para él, convertirse en cantante era su sueño y aunque tuviera que vender lo poco que le quedaba de alma, lo haría, lo lograría.
La canción llegó a su fin y descubrió allí a varios transeúntes que lo aplaudieron con brío. Dejo escapar una sonrisa, los aplausos le llevaban el corazón.
“Tienes un gran don” Fueron las mismas palabras de un hombre, que lograron esfumar esa alegría, su corazón se detuvo por escasos minutos –Sé lo que buscan de mí- Dijo sin más espetando al extraño, estaba seguro de que se trataba de alguno de esos demonios que lo perseguían, deseosos de ponerle sus manos encima a su persona, para adueñarse de un don que Dicky jamás pidió –Ya se lo mencioné a la mujer que no deja de seguirme, no estoy interesado, no quiero que me hablen, ni siquiera quiero que se me acerquen- Se aferró aún más a su guitarra, quería escapar de allí, pero la gente los rodeaba y le iba a ser casi imposible poder escaparse sin que el hombre, que parecía mucho más alto y con conocimientos en carrera, pudiera atraparlo ¿Por qué le tocaban cosas como estas a él?