Esteban Ferrari

Esteban Ferrari

DESCRIPCIÓN PSICOLÓGICA

Esteban es una persona que a simple vista uno puede sacar su personalidad y su carácter. Sumido en la tristeza y depresión suele tener un carácter particular, pocas veces puede que sonría o realice algún tipo de broma. Suele vivir de mal humor y es algo agresivo cuando las cosas no le agradan en absoluto, con el correr de los años comprendió que ser bueno con las personas no lo lleva a nada y debe mostrarle a la vida su rudeza y frialdad, aunque sus sentimientos sean otros.
Aunque muchos cazadores le cuenten su vida personal, es extraño que Esteban ofrezca ayuda o sienta empatía con alguno de ellos, sostiene que si a él siempre le dieron la espalda en la vida, él debe ser de igual manera con las personas, después de todo nadie recuerda las obras de bien.
La mayoría del tiempo vive de mal humor y es muy pesimista con las cosas que le suceden a su alrededor, sabe que nunca debe disfrutar de los buenos momentos ya que suelen durar poco y cada vez menos. Desde la perdida de sus amigos nada logra llenar el vacío en su alma, ni siquiera su bar y sus obras de arte plasmado en el cuerpo de miles de extraños.
Desde la muerte de su verdadero amor comprendió que solo debía divertirse y zacear sus necesidades, nadie lo haría sentir aquellas cosas de nuevo y él se negaba a sentirlas, estaba cansado de sufrir y era momento de dejar aquellos tontos sueños de lado.

HISTORIA

Su historia comenzó muy rara… Nunca logró una vida normal y aunque se forzara, no lo lograría ni siquiera en su presente.
Nació en una familia casi destruida de clase media en las calles de Buenos Aires, Argentina, donde su padre vivía más en la casa de sus amantes que en su propio hogar junto a su madre y a sus dos hermanos mayores. Y aunque el pequeño aun no notaba esos disturbios familiares, con el correr de los años comenzó a darse cuenta que nada sería fácil en su vida y había una familia de por medio que ayudar a mantener y sacar adelante.
En sus primeros años aunque intentara, no podía ayudar a su familia económicamente y mucho menos mantener a sus padres unidos y las cosas empeorarían cuando el pequeño cumpliera los 8 años de edad. Aquella edad marcaría el antes y el después de su vida…
En la escuela en la que asistía luego de una actividad física, El pequeño se dirigió al baño a beber un poco de agua de la canilla, sin saber que se encontraría con un destino poco deseado para cualquier persona. Unos alumnos de segundo año estaban esperando a algún pequeño para abusar de manera brusca de él. Sin poder escapar el pequeño sufrió un ataque sexual y físico, siendo la burla de aquellos jóvenes y sin que nadie escuchara sus pedidos de auxilio y aunque buscara ayuda a las autoridades de la escuela nadie creyó su historia e hicieron caso sumiso a lo que comenzaba a pasar en esa escuela.
Sin una ayuda dentro del instituto, el pequeño busco refugio en su familia, pero no recibiría el apoyo necesario. Su madre no podía salir de su asombro al enterarse lo que le había pasado a su pequeño, pero su padre fue quien se encargó de hacerles creer a todos en la familia de que el pequeño estaba mintiendo para llamar la atención de todos y con aquel pretexto intentar unir a la familia, por lo que el pequeño tuvo que cargar con aquel secreto solo, ya que nadie creía en sus palabras, ni siquiera su propia familia.
Al cumplir 15 años, Esteban había madurado más rápido que cualquiera de sus hermanos. Continuaba en la escuela y trabajaba como delivery en una pizzería cerca de su casa, quería comenzar a ahorrar para marcharse de aquel maldito lugar donde aquellos chicos habían arrebatado su felicidad a tan corta edad. A pesar de que sus ahorros eran escasos, sus sueños y deseos eran enormes y nada lo detendría a cumplir su sueño y marcharse de ahí.
Unos meses más tarde y en su habitual rutina de trabajo, Esteban conoce a un nuevo compañero de trabajo que haría las cosas mucho más difíciles de las que se estaban poniendo. En un juego de manos habitual entre los hombres, el adolescente comenzó a sentir que algo no estaba bien, sus sentimientos y su mirada a aquel sujeto no eran los mismos que al principio. Clavando sus ojos verdes  sobre el rostro de su compañero, y como si una fuerza lo guiara sin poder resistirse, coloco sus torpes labios sobre los de su compañero, comenzando a sentir lo que jamás había sentido en su cuerpo y en sus propios sentimientos. Desafortunadamente aquellos sentimientos no serían correspondidos, su compañero lo empujó rápidamente alejando sus cuerpos y luego de unas cuantas malas palabras y ofensas hacia Esteban, concluyó su disgusto golpeo de manera brutal al joven. Fue tanta la vergüenza que sintió que corrió hasta su hogar queriendo desaparecer de ese mundo, sus miedos a no entender lo que le sucedía comenzaban a volverlo loco.
Unos días más tarde y sin trabajo, Esteban decidió sentar a su familia en la mesa familiar para contarles lo que le había sucedido aquella noche en su empleo, necesitaba que alguien comprendiera sus palabras, pero como era de esperarse fue rechazado de la misma manera que por aquel joven, tanto que su padre decidió echarlo de la casa, era un deshonor en la familia y no era justo que viviera bajo el mismo techo que ellos.
Sin un futuro y sin entender lo que sucedía con él, decidió marcharse muy lejos de ahí…

A pesar de tener mucha historia por contar, dejaremos algunos años que sean relatados por el mismo protagonista, por el momento pasaremos unos cuantos años y comenzaremos de nuevo a partir de los 21 años. Ya establecido en Estados Unidos, tomó la profesión de tatuador gracias a una persona que fue su maestro y quien ayudo a Esteban a comprender sus sentimientos y quien fue su pareja por unos años hasta que la relación se desgasto después de 5 años de convivencia. Nuevamente varado en un país extraño, Esteban decide poner un bar donde además de servir tragos y escuchar problemas, les deja algún decorado en los cuerpos de los visitantes que deseen llevar sobre su piel algún eterno recuerdo o algún pendiente. Allí conoce a dos grandes personas quienes con el correr del tiempo serán sus mejores amigos y la única familia que lo acepte tal cual es. Por ahora solo le diremos que fue el destino y su amiga quienes lo sacaron de aquella soledad eterna que comenzaba  a sentir.
Finalmente y pensando que las cosas serían de esa manera, Esteban comenzó a acostumbrarse a esa vida, teniendo relaciones poco serias con las cuales solo pasaba una noche y luego olvidaba sus rostros y nombres, no había sentido jamás con aquellas personas lo que había sentido aquella noche a sus quince años con su compañero de trabajo, comenzaba a pensar que no volvería a tener ese sentimiento hacia nadie… No amaría nunca mas… Sin saber que el destino le tenía algo preparado, pero como suele suceder… No tendría un final feliz.
Una noche desierta en el bar Esteban estaba decidido a cerrar, las noches muertas solo dejaban perdida y nada de ganancia, ni siquiera había ido alguno de esos hombres extraños a tatuarse nombres raros. Algo agotado por el aburrimiento que llevaba dentro de si mismo, tomo las llaves del local en sus manos tratando de ponerle fin a la noche, pero el destino haría cambiar aquella versión de noche aburrida, a lo lejos se podía ver a un joven corriendo por las oscuras calles del lugar, tratando de escapar de tres sujetos que lo corrían a pasos firmes intentando terminar con los golpes que el joven ya había recibido tal vez unas cuantas cuadras antes. En cuestión de segundos el joven apareció en el bar de Esteban y con el último aliento dentro de su cuerpo pidió ayuda y se desplomo en el suelo.
Con la insistencia de sus amigos y sintiendo algo de lastima, Esteban contrato al joven como camarero en su bar, a pesar de que en aquellos momentos se encontraba vació, había noches que era imposible pasar entre las mesas, las personas que ingresaban allí realmente eran extrañas, pero lo mas importante era el gasto que todos hacían en bebidas fuertes, seguramente mas de uno deseaba borrar amargos y doloroso recuerdos.
Los meses fueron pasando y el joven sin duda era una gran ayuda en el bar y su historia personal era realmente fuerte,  con lo que termino por  comprar el corazón del joven Esteban. Un día el nuevo integrante del bar le pidió a Esteban que le realizara un tatuaje, quería llevar una marca en su piel y confiaba en su compañero para que lo realizara. Sin hacer muchas preguntas Esteban lo lleva hacia el sillón y comenzó a preparar las agujas y los colores para tatuar, era una de las pocas veces que sentía como las agujas temblaban en su mano… Coloco una de sus manos en el pecho del joven y miles de sensaciones comenzaron a recorrer todo su cuerpo, podría describir perfectamente cada uno de esos detalles… pero dejaremos que con el correr del tiempo y con los recuerdos de Esteban, sea él quien relate aquellos sentimientos en su interior… Nuevamente y sintiendo el mismo impulso que a sus 15 años, Esteban se aproximó rápidamente a su colega y beso sus labios pasionalmente. Como años atrás, Esteban comprendió que aquel joven era más que un simple compañero de bar, él podía sentir que aquel sujeto era con quien quería envejecer feliz… Y la oportunidad no tuvo…  Porque aquellos sueños se desplomarían meses después… Aquel joven no compartía sus sentimientos y tal vez nunca lo haría... Aunque Esteban intentara conquistar aquel corazón, nunca lo lograba, debía comenzar a comprender que aunque se esforzara, jamás haría cambiar de opinión al joven, aquel amor jamás sería correspondido. Destruido y derrotado por sus propios sentimientos el tatuador opto por poner fin a sus sentimientos y esconder su amor por siempre, estaba seguro que no volvería a amar y era momento de ver a aquel joven como un simple compañero de trabajo.
Por unos meses las cosas en el bar se calmaron, la clientela era muy buena y Esteban contaba con la ayuda de sus dos amigos y de su amor platónico, a pesar de no ser completamente feliz, no podía quejarse de su vida, tenía todo lo que quería lejos o cerca lo tenía y era momento de aprovechar aquellos hermosos momentos. Pero como si la mala suerte acechara su alma, las cosas felices no durarían tanto tiempo. Una noche cerrando el bar, un cliente ingreso al bar… aunque se le aviso que estaba cerrado, aquel sujeto no movió su cuerpo  y con una simple sonrisa en su rostro, el bar comenzó a arder en llamas…
Ese mediodía Esteban despertó en un hospital, su bar y local de tatuajes se había consumido en aquellas extrañas llamas… Nadie había sobrevivido… Solo él. Desgarrado completamente y sin un motivo por cual seguir en la vida, se hundió en la depresión y en el alcohol.
Una noche en uno de los tantos bares de mala muerte, se cruzó con una persona que le daría un nuevo motivo por el cual seguir… Luego de conocer la historia de Esteban, este hombre le dio unos cuantos consejos y le confirmo que aquel sujeto responsable de la muerte de sus amigos no era un humano… Le entrego un cuaderno con información y le aconsejo que volviera a poner un bar que él se encargaría de ir todas las noches para entrenarlo en el mundo de la cacería de lo sobrenatural, y le daría la sabiduría suficiente para vengar la muerte de sus amigos.
De ahora en más Esteban se dedica a buscar al responsable de su miserable vida, teniendo a varios cazadores aliados en su bar. Sabe que no será fácil, pero siente que es de la única manera que puede vengar el nombre de su amor y el de sus amigos…

OTROS DATOS

Por el estilo de vida que lleva y su crianza, Esteban suele vestir siempre de negro, de esa manera representa el color de la vida en la que vive y le agrada vestir de manera cómoda, una remera, una camisa, un pantalón y unos buenos borceguís negros.
Le gusta mucho tomarse una copa de Whisky para borrar amargos recuerdos y suele fumar cuando sus nervios comienzan a descontrolarse.
Debido a su profesión, lleva en su nariz, ceja y orejas unos aros, en sus brazos y en su cuello unos tatuajes, cada uno con una historia diferente.
A pesar de dedicarse a la cacería, es una profesión que desea dejar ni bien cumpla su objetivo, detesta tener que matar a esas criaturas, solo desea descansar en su bar y ayudar a los cazadores que visitan su morada para borrar aquel amargo sabor de la perdida de algún familiar.
Ama tatuar y dedicar largas horas en perfeccionar su estilo, aunque últimamente sus agujas tatúan caras de demonios, nombres de demonios y frases en latín para esos malditos seres.