002 Shhh...! Keep quiet -Libre-

**Debbie Harker** Jue Nov 27, 2014 9:40 pm

Una luz le dio de lleno en el rostro, justo en su ojo derecho. Deb no sabía muy bien exactamente, cuanto tiempo había estado durmiendo.
Se desperezo, como si se tratara de un gato, y miró la hora del reloj de su mesita de luz, brillante y lleno de gatos. Eran las 08.00 pm. Sentía como si tuviera todo el cuerpo agarrotado por más que hubiera dormido más de doce horas. Se percató de que su apartamento se encontraba sumido en la plena oscuridad y en un silencio que le provocaba escalofríos. Se levantó de su cama de una sola pieza y se acercó al baño, Víctor no regresaría hasta el otro día y Debbie odiaba sentirse así de sola, a pesar de que no llevaban una relación amistosa como cualquier otra, ella apreciaba su compañía, por más que el chico hablara poco y fuera un poco extraño.
Prendió todas las luces y una vez que sus dientes estuvieran limpios y el rostro también, se dispuso a tomar la misma ropa que había utilizado el día anterior. Iría a comprar algo al barrio chino, algo que pudiera satisfacer su hambruna, se sentía famélica y mejor que nadie estaba al tanto de que en la nevera no encontraría nada para comer.
Se vistió con unos vaqueros roídos, una playera mal cortada con una banda de rock como logo, unos botas negras con algunas tachas y una chaqueta fucsia. Ni siquiera se molestó en arreglarse el cabello y salió del apartamento sin apagar las luces, odiaba la oscuridad.

Caminó por la calle atestada de gente, coches con sus bocinas encendidas, humo, niños, perros algún que otro gato y fantasmas, ellos siempre la perseguían o simplemente estaban alerta a cualquier otro cambio. Debbie prefería no prestarle la atención que ellos creían tener.
Bajó por las escaleras del metro, colocó la tarjeta e inmediatamente se le abrieron las puertas para esperar como las demás personas a que el transporte llegará. Se cruzó de brazos, mirando a cada persona que se encontraba allí, muchos estaban con aquel aparato que llamaban celular, alertas a cualquier cambio. Deb no poseía ninguna red social, cuanto menos contacto con la gente tuviera para ella mucho mejor, no era de las chicas que adorara ser el centro de atención, ni mucho menos poner estados estúpidos en un sitio donde el casi cincuenta por ciento de los que ella consideraba amigos o conocidos, pudieran entender la frase escrita, además no entendía muy bien el motivo por el cual la gente se molestaba en leer, es más consideraba que ellos ni siquiera le importaba el estado del otro, pero con un “like” era considerar que allí estaban apoyando a la persona en cuestión –Una pérdida de tiempo- Murmuró quitando la vista de un hombre de traje que no paraba de mandar mensajes por Whatsapp.
El metro llegó, lleno hasta el tope, no entraba un cuerpo humano más –Ni borracha me subo a uno de esos- Murmuró ofuscada y decidió sentarse en un asiento, esperaría a que llegará alguno que al menos pudiera apoyar su trasero en alguna parte.
No paso mucho hasta que la estación de subterráneo quedara casi desierta, solo unas cuantas personas que se podían contar con la mano se habían quedado a la espera de que apareciera otro tren casi vació. Pero había alguien que le llamaba poderosamente la atención. Un ser que la miraba desde el otro extremo de la plataforma.

Una mujer. Llevaba un vestido victoriano de color marfil, el cabello sueto, largo y de color azabache que la volvía mucho más espeluznante. La miraba y no le apartaba la mirada de encima. Debb se movió incómoda, buscando a alguien que pudiera ayudarla, pero cada persona estaba en su mundo, nadie se percataría de una cosa así.
Un frío la abrazo de pronto, y un vaho salió de sus labios entre abiertos, sabía lo que sucedería a continuación, aquel ente se querría apoderar de su cuerpo o quería comunicarse con ella. Paso saliva, mientras veía como la figura comenzaba a dar pequeños pasos. Se acercaba mucho más a la línea amarilla y se caería a las vías, esperaba que se la tragara la tierra y que no la volviera a ver.
El subte de enfrente se hizo presente, justo cuando la mujer bajó al andén y Deborah pudo sentís un alivio, pero aun así seguía congelada. Cerró los ojos y se frotó la cien, lo único que quería en aquellos malditos momentos era comer comida china, podía regresar, olvidar esa locura y comer cualquier cosa que encontrara en la alacena, pero su capricho le impedía regresar a su hogar.

Abrió lentamente los ojos y allí cerca de ella estaba la cara pútrida de la mujer. Inmediatamente de su garganta se desprendió un alarido de terror. Tantas veces había vivido aquello, pero ahora sentía que era diferente, lo era de una manera u otra era diferente.

**Ruby** Lun Dic 01, 2014 11:29 pm

¿Cuántos civiles especiales tenía por delante? Muchos a los que debía presentarme propiamente y decirles que lo mejor era estar de mi lado y que seamos buenos amigos, quizá hasta podríamos hacer una linda pijamada y rizarnos el cabello. Deje que apareciera una sonrisa en mi rostro, tal sólo pensar de que un demonio como yo podría hacerse amigos era bastante cómico, de todas formas antes de que nos convirtiéramos en grandes amigos de toda la vida, tenía que ver en qué tantear el terreno, algunos me resultaba sencillo controlarlos, otros sin embargo eran tan complejos que no cedían así como así. Ilona era un claro ejemplo de que lo hablaba, con su rostro de mosquita muerta era la que mayor problemas estaba teniendo, su negativa me estaba poniendo molesta. Así que necesitaba otra médium, quizá alguien que fuera menos católica y más oscura, aunque sabía que la Rumana poseía en su interior la misma sangre que el diabólico príncipe Rumano, aquel que había aniquilado a muchos con sus deseos a la sangre, estaba segura de que si la llevaba al límite en ella iba a resurgir una oscuridad que era lo que necesitaba, pero me estaba costando horrores que me dijera que sí.

Me quedé parada enfrente al edificio de mi nueva víctima, no le conocía la cara pero si su historia, que maravillosa historia llevaba para sí y si podíamos congeniar podríamos tener el mundo de los muertos a mis pies. A ella la quería tener de mi bando, ¿Qué mejor que tener en mi poder una chica que pudiera ser intermediaria de los vivos con los muertos y otra rubia que pudiera percibir el futuro? Podía hacer grandes cosas. La Rumana era simplemente para hacer enojar al demonio de ojos amarillos que tal parecía todavía no había comenzado a recolectar personas. Me faltaba el chico que tenía el don de curar heridas, ese sería complicado, luego estaba la bruja que podía hablar con ángeles, el otro hombre que podía matar con la mente, que don tan genial y me faltaba el otro chiquito que manejaba las mentes, como “Simón dice” si conseguía tenerlos a todos en mi poder, me convertiría en la líder del inframundo…no, no me tenía que hacer ilusiones porque todavía no estaba todo dicho, yo trabajaba sola sin que nadie me diera órdenes y aquello me traía muchos problemas con mis hermanitos que estaban celosos de mí y de los demonios más poderosos que deseaban tener mi cabeza como trofeo, tenía que andar con cuidado, pero también podía andar a mis anchas, con mi hermoso cuchillo mata demonios podía hacerlos desaparecer.

Noté que de aquel sitio salía una chica, lucía tal cual me la había imaginado y no necesite averiguar nada más. Con el cabello largo, despeinado y color azabache, vestida de una manera que era habitual en algunas personas que evidentemente no poseían estilo, pero ella era particular. Caminé en la vereda de enfrente sin perderla de vista, preguntándome a donde se dirigiría a aquellas horas, quizá era demasiado floja para cocinarse algo e iría a comer por ahí algo que fuera rápido y grasoso, la misma comida que prefería también. Se metió en la estación de subterráneo. Cruce la calle y me dirigí también hacia allí, pague mi boleto como una ordinaria humana y me quedé observándola. Se escuchó que el subte llegaba rápido, dirigí mi mirada al compartimiento lleno hasta el techo, no pensaba subirme a eso, estaba más que claro, y tal parecía que ella pensaba de la misma manera que yo, porque decidió quedarse sentada en el mismo lugar que la había visto antes. Sonreí, ya me estaba cayendo bien.
De pronto noté un frío extraño, no estábamos nosotras dos solas, sino que allí existía una presencia que no podía ver pero que podía sentir. Me quedé contemplándola, mientras veía como cerraba de pronto los ojos y se quedaba allí murmurando algo que hasta donde me encontraba no podía escuchar. Como de la nada, ella pegó un alarido, rápidamente me percaté de que era mi momento para hacer mi acto de presencia y parecer un corderito bueno. Me acerqué corriendo, colocando mi cara de preocupación, el frío se disipo de inmediato, quizá porque había notado mi presencia –Niña ¿Estás bien? ¿Quieres que llame a algún paramédico?- Pregunte fingiendo preocupación, entendía que quizá ella había tenido alguno de sus inevitables encuentros con fantasmas, Gasper estaba por allí -¿Quieres que salgamos a tomar aire?- Me quedé mirándola, esperando a que ella pronunciara algún tipo de palabra, luego atacaría.

**Debbie Harker** Sáb Dic 27, 2014 9:49 pm

La presencia se alejó de inmediato y eso la alivio profundamente. Aparentaba ser una persona de lo más segura y sin miedos, pero en su interior no era ni la mitad de lo que creía ser. Los fantasmas le provocaban pavor, unos escalofríos terribles y por más que ella decidiera alejarse totalmente de ese mundo lleno de penumbras, le era imposible, porque le apabullaba un pasado que debía esconder, que necesitaba proteger y sentía que debían estar dormidos, sin que salieran a la luz. Cada vez que aparecía un fantasma cerca de ella, constituía a una pérdida de conciencia, porque ellos se adueñaban de su cuerpo, se introducían en el mundo de los humanos y cometían actos de los que ellos habían quedado estancados y que necesitaban arreglarlo, a su manera. Otros se adueñaban del cuerpo de Deborah simplemente para recordar su vida humana, y otros realizaban los actos más crueles que a veces se le aparecían en la cabeza. Por más que Debbie se encontrará en un estado de inconciencia, luego cuando el alma del fantasma se marchaba, ella quedaba sumida en un trance, y los sueños recurrentes era su cuerpo con otra alma, donde no podía decidir, simplemente se veía ejecutándolo.

Deb se encontraba a gusto con Víctor y le agradecía que este no hiciera muchas preguntas al respecto, como solía hacerlo ella para con él. Se podía decir que su compañero era un tipejo de lo más extraño. Abrió lentamente los ojos y allí se encontró con una rubia que le preguntaba muchas cosas a la vez. Negó con la cabeza a todas ellas y se limitó a permanecer callada por unos escasos segundos. La estación de subte comenzaba a llenarse como la otra vez. Ya no sentía tantos deseos de comer esa comida china –Sí, quiero salir de este lugar- Se levantó y comenzó a caminar hacia la salida, esperaba que nadie la hubiera visto en aquella situación embarazosa y estúpida, donde se sentía impotente y necesitaba romper algo. Se quedó en el medio de la escalera, donde el ruido del último subte se hacía presente y donde el aire de la calle le daba de lleno a su pálido rostro -¿Qué has visto?- Le pregunto a la chica, no sabía que ella la había seguido o simplemente se plantó en el descanso de la escalera para observar como la desquiciada del subte salía de allí –Diablos, creo que necesito un trago- Se giró para mirar directamente al rostro de la chica, ahora se percataba de que era rubia y que podía pasar por modelo, estaba casi segura de que no tendrían nada en común, pero no traía mucho dinero, así que necesitaba una compañera que pudiera costear todo lo que Deborah pensaba tomar -¿Quieres acompañarme?- Pregunto, haciendo un ademán con la cabeza, esperando alguna señal de afirmación de parte de la rubia.

**Ruby** Dom Feb 01, 2015 11:35 pm

Una chica de pocas palabras, eran las más difíciles de sacarle algún tipo de información, de todas formas trataría de arrancarle algo que me sirviera como soporte para tomarle de esos hilos invisibles y atraerla a mí. Mencionó que necesitaba marcharse de allí, estaba segura de que la chica pensaba de que miles de habitantes que iban en subte todos los días habían visto algo de su actuación, pero como era de esperarse, nadie allí ni siquiera se percató de nuestra presencia, por ende sólo yo sabía de su habilidad tan preciada. Comenzó a subir las escaleras, tenía un caminar un tanto peculiar y eso me llamo la atención ¿Qué le estaría pasando por la cabeza? Qué lástima que no tuviera la hermosa habilidad de escuchar voces, haría con la información una fuente de oro. Me detuve antes de que ella girara y levanté la vista ¿Me estaba tentando a que le levantara la voz? Enmarqué una ceja y tomé todo mi autocontrol que andaba por allí para no mostrar enseguida mi verdadero rostro –No vi nada ¿Qué tendría que haber visto? Simplemente pensé que te había sucedido algo, por eso me acerqué- Dibuje una complaciente sonrisa ¿Parecía una humana? Si, estaba segura de que ante la vista de cualquier persona que no estaba al tanto de los demonios, podía pasar como una humana normal y sin mayores preocupaciones que levantarme todos los días a las nueve de la mañana para ir al trabajo.

Ahora veía como la lobita bajaba del rascacielos que se había subido y me invitaba a tomar un trago –Era justamente lo que iba a mencionarte- Comenté sonriendo, ese sería mi gran momento para sacarle algo de información, quizá hasta me podría convertir en la mejor amiga de la médium y ¡zaz! Tenerla en mis garras para siempre. Subí más rápido que ella los peldaños del subte y salí de aquel túnel horripilante. La noche seguía igual de fría y la gente iba y venía sin ninguna preocupación o con miles de ellas, realmente me importaba muy poco todos ellos –Conozco un bar que quizá puede ser de tu agrado- Y si no lo era tampoco iba a preocuparme demasiado –Es por aquí- Comencé a caminar, sin quitarle la mirada a mi objetivo, porque la gracia era que ella me siguiera, no era yo quién necesitaba ese maldito trago.
Caminamos diez cuadras en completo silencio, consideraba que todavía no era el momento para atraparla, le iba a dar el momento a ella para que decidiera cuando hablaría de su don, aquel que era importante para mí. Llegamos al dichoso bar y como buena demonio que era, ni yo me creía eso, abrí la puerta para que entrara. Era un sitio de lo más acogedor, no era uno de esos de los cuales estaba acostumbrada a frecuentar pero era bonito.
Una vez que la puerta estuvo cerrada a mis espaldas dirigí mi paso hacia la mesa más alejada, estaba al tanto de que en cada bar se encontraba algún que otro cazador emborrachándose y no me convenía que nadie me delatara frente a ella, no era el momento para enfurecerme.

Me senté e inmediatamente llame a la camarera –Trae tu mejor whisky-Si era necesario la emborracharía para quitarle toda la información que me era necesaria -Bien, creo que necesitamos presentarnos ¿No te parece?- Sabía quién era, que hacía de su vida y todas esas idioteces administrativas, pero frente a ella tenía que parecer una inocente humana que quería hacer amigos –Mi nombre es Ruby y ¿El tuyo?- Pregunte tan amistosa que hasta vomitaría de lo buena actriz que estaba siendo en aquel momento. Era tiempo de jugar un poco.

**Debbie Harker** Mar Feb 17, 2015 5:01 pm

Para Debbie que ella supiera donde podría hallarse un bar por allí, de esa forma no tendría que pensar demasiado y simplemente seguir a su nueva compañera de tragos. Asintió levemente con la cabeza y comenzó a seguirla, colocando sus manos dentro de sus bolsillos. No quería pensar demasiado la situación, siempre le sucedían cosas por el estilo, encontrarse con fantasmas en las calles no era nada nuevo para ella, debido a que constantemente la seguían. Algunos era para pedirle que les hiciera un favor, otros simplemente para vengarse de algún familiar que les había hecho mal y sobre todo los que más se acercaban a ella, eran los fantasmas que habían tenido una muerte violenta y que necesitaban que la policía diera con su cuerpo para poder descansar en paz. Pero Debbie era de las que prefería no verse involucrada en casos que pudieran salir en la televisión. Ella odiaba su poder y si podía evitarlo lo haría. Víctor era el único que la apoyaba su decisión de no verse involucrada en casos que no le concernía.

Siguió caminando hombro a hombro con la chica rubia que parecía estar absorta en sus pensamientos, no quería interrumpirla tratando de indagar a alguien que muy amablemente había aceptado tomar algo con ella. Dejo escapar un extenso suspiro y alzo la vista cuando se acercó al bar, no parecía de los que solía frecuentar pero al menos era un sitio acogedor. Entraron sin decir mucho más y comenzaron a caminar por entre las mesas, evitaba más profundamente porque si lo hacía estaba más que segura de que allí encontraría alguna alma que estuviera en pena, esperando que alguien le tendiera una mano, no sería ella, de eso estaba seguro. Se sentaron en la parte más alejada de la gente,

Se encogió de hombros –Como quieras- Comentó Debbie mientras le dedicaba una rápida mirada. Mientras escuchaba que la chica aquello si que le llamo la atención, pero prefirió nuevamente no abrir su boca. La rubia no perdió el tiempo y de inmediato llamo a la camarera para que le diera su mejor whisky –No pierdes el tiempo hug?- Le dedico una media sonrisa, pero eso fue todo. rubia se presentaba como Ruby –Yo soy Debbie- Y fue toda la respuesta que podía darle. La camarera llego con el pedido que la rubia había pedido y comenzó a servir el líquido ámbar dentro de los vasos. Le acercó uno a la chica y el otro se lo quedó Deb para tomar un sorbo de aquella bebida fuerte –Me hace acordar a las películas de mafiosos. Nos queda que hablemos de nuestro próximo golpe- Le indicó que era una broma mientras dibujaba una mueca graciosa en su rostro.
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