Angie B "Welcome to the black Parade"

Odio esto de tener que moverme de lugar en lugar como si se tratara de una delincuente, cuando en realidad había actuado como realmente me sentía ¿Era escapar? Si, quizá lo era. Cerré la puerta de mi habitación, nos encontrábamos ahora en otro pueblo, en otra casa, donde nadie nos conocía, donde Austin y yo fingíamos que éramos dos hermanos huérfanos que vagaban por la vida buscando a una tía que no existía. Algún que otro desubicado nos preguntaba a quién buscábamos y el porque de nuestra situación, nos limitábamos a decir lo justo y necesario, sin tantas mentiras que después iba a ser difícil sostener, nos movíamos con cautela, sabíamos que nos estaban buscando los demonios, Teníamos fuentes necesarias para saber que buscaban a personas especiales como nosotros dos. Austin conocía poco de mi vida anterior y lo mismo sucedía con él, hacia años que lo conocía pero aún así no me encontraba preparada para decirle quién diablos era yo y porque me había fugado de mi casa. La sed de venganza que ardía en mi interior era superior a cualquier otra cosa, odiaba a Ariadne por hacerme sufrir, por hacer sufrir a mis padres y me odiaba a mi misma.
Rememoré mis días con ellos, mis padres eran los que me ocultaron gran parte de la verdad, y aunque hoy en día les tengo cierto respeto a su memoria, muchas veces me gustaría que se levantaran de sus tumbas para gritarles en la cara las mentiras que me habían hecho vivir. No era consciente de mi poder hasta que un día de pronto escucho voces, no tuvieron más opción que darme la razón y lograr que cerrara mi cabeza para no poder escuchar nada. Tuve una infancia y una adolescencia bastante normal y llena de amor.
Cuando cumplí los 13 años apareció la bruja de los cuentos, fue en aquel momento donde vi por primera vez el horror que reflejaban la cara de mis padres ¿Quién era ea mujer? Me preguntaba, intrigandome un poco más, considerando que podría ser de ayuda y conocer a mi otra parte de la familia. Mis padres no pensaban lo mismo que yo y sin decir nada más, me pidieron que armara mi bolso, que esa misma noche nos marcharíamos. Desde ese momento mi vida cambio, el accidente de auto donde murieron aún me afecta en sueños.
Me encerraron en un orfanato, donde no conseguí hacerme amigo de nadie, pefería estar sola que convertirme en alguien que no quería, no me salía ni una sonrisa y deseaba prenderle fuego aquel lugar. Hasta que Ariadne fue por mi, vi una luz de esperanza pero mi estadía allí fue un horror...
Dije BASTA no lo soportaba más, tome algo de mis pertenencias y me marche de allí, un alivio que aún lo padezco. Vague por allí ocultándome en las sombras, buscaba trabajos de noche para que nadie pudiera identificarme bien, cada mes cambiaba de rumbo , hasta que me tope con Austin, un muchacho que al igual que yo, guardando un secreto para si, me atrajo con su confianza. Ambos estamos en igual de condiciones y nos movemos con la misma frecuencia que lo hacía yo. Sin mencionar nuestros verdaderos nombre a los de afuera, vivimos en paz.
Nuestra vida se veía de lo más tranquila, hasta que frente a nuestra puerta se nos apareció un demonio, trato de persuadirnos de acompañarlo en su guerra contra otros demonios, mencionaba que realmente necesitaba a niños especiales como nosotros. Austin dijo que lo pensaría, pero en mi cabeza era una negativa, no tenía nada que pensar.
-No lo haré Austin- Le dije mientras la puerta se cerraba y volvíamos a estar solos.
-¿Eres tonta? Claro que no lo haremos. Esta misma noche haremos nuestras maletas nos iremos.
Volvía a revivir mi infancia y sin decir nada más, emprendimos de nuevo otro destino, alejándonos de todo lo malo, aunque sospecho que lo llevamos bien escondido.

Thanks ∑Θ