002 Un pacto <Privado>

**Ilona Draculea** Dom Jul 20, 2014 8:58 pm

Ilona miró la gran ventana y se fijó que el día era extremadamente hermoso, un día como aquel debía disfrutarlo. Se quitó la vincha del micrófono, que utilizaba la mayor parte del tiempo para comunicarse con las personas que llamaban al call center. Aquellas eran personas que no disfrutaban al máximo la vida, y no soportaban que muchas veces el destino les jugará una mala pasada, era por ello que no resistían estar tan deprimidos y en muchos casos sopesaban la idea de suicidarse. Muchos llamaban para llorarles a alguien que no conocían, sin darse cuenta que la otra persona poco a poco los convencían de que no hiciera nada apresurado y nada que podría luego lamentar, no siempre la mejor solución era el suicidio y se les ayudaba con lo que tenía a su alcance. Para Ilona era un gran trabajo, estaba más que claro que para poder ayudar a alguien que se encontraba en situaciones como esa, debían al menos tener un conocimiento en psicología, pero lamentablemente no era de esa forma, recordaba que la primera entrevista que había tenido en aquel mismo edificio, la mujer que ahora era su supervisora, quién le comentó que el trabajo jamás iba a ser sencillo, que tampoco tendrían que ser unos héroes, que simplemente los escucharan, que la gente que llamaba poseía problemas y que no había nadie que pudiera prestarle un oído. Básicamente, su trabajo era escuchar y decir lo que querían escuchar, evitar que pasará cosas peores. No era tan sencillo que parecía, muchas veces la gente se volvía pesada y en muchos cosas hasta acosaban a algunas de sus compañeras, aquellos que se creían que podrían llegar a tener una relación, la rumana agradecía que nunca le hubiera pasado aquello.

Miró la hora del enorme reloj que colgaba a un lado y supo que era le hora perfecta para ir a comer algo. Dejo atrás los llamados telefónicos, desconectarse de todos los llantos que escuchaba la mayor parte del tiempo. Tomo un pequeño tapper y salió del recinto. Cruzó la enorme calle que la separaba del parque más cercado y encontrando el primer asiento vacío, se sentó en él. Comenzó a comer su almuerzo sin detenerse siquiera a mirar a aquellos que pasaban por ahí, lo que menos quería era entablar conversación con alguien, últimamente no sentía ganas de nada, era como si toda su energía se agotara casi de inmediato, su preocupación y su agotamiento se debía más que nada por la salud de su hermano, quién a pesar de sus intentos de aferrarse a la vida, estaban cada vez más escasos y aquello le provocaba a Ilona un terror casi atroz. Nadie querría que se fuera de este mundo un hermano, como tampoco se encontraría en los planes de cualquier ser humano que los tuviera, pero la rumana era diferente al resto, necesitaba que Mircea se sintiera en paz, ya sea vivo o muerto. Conocía el final de aquella historia, alguien ya se lo había mencionado y por más que luchara contra el viento que no corría a su favor, se aferraba a creer que ella estaba en lo correcto, pero en su pesada alma, mejor que nadie conocía que Mircea iba a morir y que debía tomar una decisión, dejar aquel bonito país para regresar con los suyos y que su hermano muriese en paz o quedarse, tras un capricho suyo, en aquel bonito país y tratar los medios posibles para que su hermano aguantara un poco más ¿Qué pesaba más para ella? Cumplir sus caprichos o los de su hermano mayor. Era un tire y afloje. Para Ilona era la primera vez en su vida que podía entablar una conversación con personas que tenían dones como ella y hacerse amigos, que era lo que más difícil le resultaba. Tenerlos cerca era lo más maravilloso que hasta el momento le había pasado. Pero ahora tenía que meditar la idea de dejarlo todo.

**Ruby** Sáb Oct 04, 2014 9:08 pm

Off: Ay! Se me traspapelo, ya te estoy contestando. Lo siento!!!

]Hacía un año que no veía a mis civiles especiales favoritos, entre ellos se encontraba la joven rumana que lo haría todo por su hermano mayor, que sufría una enfermedad que nadie conocía. Realmente la chica era ingenua. No le diría nada porque revelaría la presencia de uno de mis colegas y no nos convenía hacerlo. La seguía desde mucho tiempo, pero el año pasado tenía que escapar por problemas con alguno de mis hermanos, no comprendía el odio que me tenían…bueno quizá un poquito. Y allí estaba, la rubia, una de mis rubias favoritas, no entendía el motivo por el cual me atraían las rubias, otra que era de mis favoritas era Livila West…ahora que lo pensaba detenidamente, hacía mucho tiempo que no la veía, quizá en algún momento le haría una linda visita. Noté como se acercaba al parque ¿Por qué el parque? Era una de las partes menos favoritas, igual era obvio de creer que aquella muchacha podría aparecer en un bar, ya con tan solo pensar me costaba. Con esos vestidos ridículos, su sonrisa de bondad y su voz melosa y suave…Me eché a reír a carcajadas, detrás de esa capa de ingenuidad y bondad, se escondía una chica llena de miedos, de odio y un demonio en potencia. Si lograba hacer un trabajo de hormiga, podía hacerlo.

Crucé la calle, dirigiéndome hacia ella, mi único objetivo en aquellos momentos era Ilona. Note como se sentaba en uno de los asientos y allí se quedaba. Caminé con paso decisivo y me senté a su lado –Cuánto tiempo ¿Verdad?- Le dije mirándola, dedicándole una agradable sonrisa, lo más probable fuera que recordará mi rostro, había pasado mucho tiempo pero, todavía estaba presente la primera vez que no vimos y no cambio nada -¿Qué tal está Mircea?- Mal, ya sabía la respuesta antes de que me dijera algo, esa era la idea, que día tras día se muriera un poco más, para que su alma quedará para nosotros. Su única salvación era aquella rubia que se sorprendería al verme -Espero que este mucho mejor- Comenté mientras apoyaba mis codos sobre la silla de madera, logrando que el sol diera de lleno a mi rostro. Nunca me gustó tostarme y mucho menos en aquella situación, pero quería parecer relajada. No la conocía del todo a Ilonita, pero sabía que era muy comprensiva y que no se enojaba con facilidad, que cuando se encontraba atascada trataba de encontrar una solución al problema, y esperaba que esa respuesta fuera yo.

-¿Todavía sigues trabajando en ese sitio horrible?- Claramente si, porque de allí la había visto salir, quería sacarle charla, esperaba que funcionará –Eres muy inteligente, puedes empezar cualquier carrera ¿Qué te ata a Estados Unidos?- Sabía que no sólo se quedaba por Mircea, si no porque algo más la ataba allí ¿Qué era? ¿Amigos? Quizá era eso…o ¿Algo más?

**Ilona Draculea** Dom Oct 26, 2014 4:05 pm

La paz que hasta aquel momento había sido exquisita, se vio interrumpida cuando una voz poco familia se hizo presente en su espacio. Levantó la vista para encontrarse con una hermosa mujer joven rubia, en aquel rostro se percibía un toque de maldad y recordó su encuentro con un demonio. Ilona quedo perpleja. Desde la última vez que la había cruzado, la rumana consideró que jamás se la encontraría, que durante todo el proceso que estaba pasando su hermano mayor, los demonios no podrían acercarse a ella, pero tal parecía que estaba equivocada. Guardo la compostura y le lanzó una sonrisa diplomática –Buenas tardes- Le dijo la muchacha mientras desenvolvía uno de los sándwich que tenía dentro de su tapper y comenzó a darle pequeños mordisquitos, no quería tener ningún tipo de trato pero sabía que el demonio rubio no se marcharía de allí sin decirle algo más. Nuevamente quedó congelada, se atrevía a preguntar por su querido hermano, aquel que le quedaba tan poco de vida y estaba en Ilona decidir si debían quedarse en aquella cuidad o marcharse para siempre a su Rumania natal. Dejo su comida nuevamente en el tapper y le dedico una mirada llena de odio –Está bien, gracias por preguntar- Ya no podía fingir que la rubia no se encontraba allí -¿Qué es lo que deseas? Porque si estás aquí no creo que sea porque me echabas de menos y sentías la necesidad de hablar- Las palabras salieron como si fueran veneno. No podía tener un problema más, suficiente con la decisión que Mircea ya le había impuesto.

Ilona asintió con la cabeza, todavía seguía trabajando allí, quizá no era el trabajo ideal para ningún ser humano, pero debía admitir que lo era para ella y se sentía muy a gusto cuando recibía un alivio en las voces de aquellos que llamaban para calmar sus ansiedades. Con el correr del tiempo, se había planteado la posibilidad de no comenzar historia y empezar alguna carrera como la psicología o algo relacionado a la medicina, como enfermería –No me desagrada el trabajo que tengo, quizá no a todos les guste, pero me siento cómoda cuando alguien me agradece el que lo haya escuchado y brindado un poco de consuelo- Cerró el tapper, le iba a ser imposible poder comer algo y más si tenía como compañera a un demonio que no deseaba saber cómo se encontraba su estado de ánimo. No contesto de inmediato, porque sopesaba en su cabeza una respuesta digna para enfrentarla ¿Qué la ataba allí? Y la respuesta estaba bien en claro, su único amigo Hyden era la respuesta a dé porque se encontraba allí estancada, además amaba el país lleno de oportunidades. Le recorría una nostalgia cada vez que pensaba en Rumania y sobre todo su familia le hacía falta –Me atan muchas cosas- Dejo escapar la rubia mientras la miraba directamente a Ruby –No me acuerdo de la charla que hemos tenido años atrás, pero sé que tu si ¿Ha que has venido?- Iba directamente al punto, no le gustaba que el demonio tratara de envolverla con sus mentiras, pero estaba segura de que quizá Ruby era la única que podría salvar a su hermano de la miseria, era un pensamiento egoísta pero necesitaba quedarse en los estados unidos.

**Ruby** Lun Nov 03, 2014 12:53 am

Me sorprendí al escuchar su contestación ¿Desde cuándo la rumanita contestaba de esa manera? La gatita estaba sacando sus garras, fue una sorpresa porque no todo lo que uno muestra en el exterior es lo que vive en su interior. Ilona siempre parece que se encuentra en su mundo de maravillas, con paciencia y una tenue sonrisa en su rostro y al verla tan a la defensiva era algo que despertaba en mí una grata emoción, si podía moldearla mejor podría llegar a ser una excelente demonio –No te enojes, sólo quiero hablar contigo- Mentía en gran parte, necesitaba comenzar a hacer negocios con ella y sumar a otro civil especial a mi hermosa colección. Mircea era importante en su vida, cualquiera que estuviera cinco minutos con ella lo sabría y era de él quién yo me tenía que agarrar para tenerla conmigo, dándole a entender que era la única que podía ayudarlo y con eso podía quedarse en los Estados Unidos, un pacto conmigo era lo mejor que podía pasarle -¿Ya han encontrado alguna cura para tu hermano?- Pregunté, me importaba muy poco si iba a morirse hoy o mañana, mi único objetivo era ella y si la mantenía contenta podía convertirla en mi peón. Me iba a costar, como era de esperarse, no valía de nada subestimarla como muchas veces pecaba, pero conocía que en ella no sólo dormía una maldad implacable, sino que además existía esa ingenuidad que iba a jugar a mi favor.

No entendía como a ella le podía gustar ese trabajo horroroso, la paciencia que uno tenía que tener para soportar entablar conversación con alguien que vivía deprimido todo el día, mis contestaciones siempre serían las mismas “Pues deja de llorisquear y hazlo de una buena vez” de seguro que perdería el empleo –Te mereces una medalla de oro. No podría escuchar a gente que no sabe qué hacer con su vida. A veces las respuestas están frente a tus ojos y uno nunca se da cuenta, o lo hace pero tan tarde- A ver si con esta indirecta ella podía captar lo que le estaba diciendo. Ilona no daría el brazo a torcer, se notaba que le costaba mucho pedir ayuda y siempre trataba de arreglárselas como pudiera, si le brindaba la ayuda enseguida, me diría que no sin pensar la propuesta y no era algo que me convenía, no de momento, tenía que ganármela como fuera.
Tal parecía que ahora era ella la que no quería que la envolviera con frases alegres –De seguro que no me vas a creer si te dijera que necesito una amiga- Le sonreí, esperaba que mi comentario no se lo tomará a la ofensiva, estos Europeos eran extraños. Me puse seria nuevamente y me crucé de brazos –Sé que nunca pedirías ayuda- Comenté desviando mi mirada hacia una anciana que intentaba cruzar la calle –Tienes a tu amigo el médico para que te ayude con el problemita de tu amigo y sin embargo no evitas que se esté muriendo un poco más- Claramente le estaba dando a entender que era una tonta, teniendo a un amigo con un poder genial como solía tenerlo Hyden ¿Cómo era posible que no lo utilizará? -Quizá no quieres que se entere de que no eres capaz de ayudar a Mircea y si no puedes ayudar a tu propio hermano, no puedes ayudar a nadie más- La miré directamente, necesitaba ver su reacción, realmente esperaba que no se levantara ofendida y se marchara, porque no sólo me pondría de muy mal humor, sino que además tendría que seguirla.

**Ilona Draculea** Dom Ene 04, 2015 1:00 am

Ilona la fulminó con la mirada, se sentía confiada de que podía alejar al demonio de su vida, sin embargo una punzada de duda aparecía de tanto en tanto. Una voz que le preguntaba si realmente estaba dispuesta a alejar a Ruby de su vida -¿Por qué quieres hablar conmigo? Ni siquiera tenemos nada en común- Se encogió de hombros. Ilona no era ninguna santa, de eso no cabía duda, pero trataba de que todo funcionara lo mejor posible, que cada día que se despertará no tuviera nada de qué arrepentirse, al menos no de sus actos. Sin embargo, ahora que aparecía allí la demonio, comprendía que sus miedos eran ciertos, que su egoísmo la había llevado a los Estados Unidos y al sufrimiento de Mircea y que en algún momento tendría que decidir qué hacer de su vida. Si regresaba a Rumania perdería todo lo que había construido con tanto esmero en aquel país, donde le brindaba un futuro brillante, pero si no regresaba, su hermano moriría sin ver por última vez la mirada de su padre o una caricia tenue de su madre.
La pregunta de Ruby la dejo impactada, lo que resultó que la joven frunciera levemente el ceño y la observara con sumo cuidado. No había bondad en las palabras del demonio, eso lo sabía a la perfección entonces ¿Por qué se sorprendía tanto? Era una pregunta que retumbaba en su cabeza –No, no hemos encontrado una cura para Mircea. Incluso estamos pensando en abandonar la medicación- Era en vano que su hermano siguiera sufriendo de esa manera, era torturarlo mucho más, pero corría el riesgo de que muriese de inmediato.

Se sorprendía con cada contestación de Ruby -¿Qué quieres decir con “La respuesta está frente a ti”?- Quizá no eran las mismas palabras que ella había empleado, sin embargo se asemejaban bastante a lo que quisieron decir –Si te refieres al suicidio, no creo que sea una respuesta viable para alguien que no desea estar sobre la tierra. Considero que siempre hay una solución para todo, que hay que buscarla por más que tengamos que sufrir- La observó enojada, no le gustaba que se metieran con gente que realmente la estaba pasando mal, que su única salida, en muchos casos, era la misma muerte, sin saber que detrás de eso dejaban a una familia desbastada y con una angustia y una culpa que les carcomía el alma -¿Qué puedo esperar de alguien que ha vendido su alma y que ahora desea las almas de otros?- Pregunto sonriendo irónicamente. Ilona se sorprendía ante aquel comportamiento ajeno a ella misma, sin embargo encontraba un valor que antes no podía sentir.

Negó con la cabeza, mientras esbozaba una sonrisa –Tienes razón, no te creo- Comentó la rumana mientras volvía a dirigir sus ojos pardos al demonio que proclamaba que necesitaba una amiga en todo aquel caos. Las palabras que continuaron saliendo de la boca de la chica, provocaron un agujero en el interior de Ilona ¿Cómo podía hablar de esa manera? Sin embargo sentía que el demonio tenía razón –No puedo pedirle a Hyden que me ayude con eso, sé cuánto detesta su poder y no voy a obligar a que lo use. El destino quiere que Mircea se muera, no puedo hacer nada para detenerlo- Mentía, quería buscar al destino e implorarle que detuviera la enfermedad, que ella podría ser la enferma y morir, aunque tenía una vida larga por vivir. Frunció el ceño nuevamente molesta por las palabras del demonio –No es eso- Comentó elevando un poco la voz. Ruby podía sacar a cualquiera, hasta el más pacífico de los humanos –Sé que no puedo ayudar a mi hermano y si no soy yo la que lo puede sacar de esa tortura, entonces nadie más puede- Concluyó al fin mientras evitaba que las lágrimas recorrieran el rostro cetrino de la muchacha.

**Ruby** Jue Ene 08, 2015 12:02 am

Sonreí, algo me decía que Ilona podía tener algo oscuro en su interior que con sólo presionar un poquito podía convertirse en lo que tanto estaba buscando, lo que realmente necesitaba era ponerme ruda y la pequeña rubia se iba a dar cuenta de lo que era capaz un demonio -¿Por qué crees que tú y yo no tenemos nada en común? No lo creo de esa manera- Menee con la cabeza mientras cruzaba mis piernas y observaba más allá de los humanos que cruzaban la plaza sin percatarse de nosotros, éramos una cosa más del paisaje. Eso era lo que más me gustaba de aquellas pequeñas criaturas tan manipulables. Los humanos eran tan o igual de egoístas que nosotros –Queremos sobrevivir en este mundo cruel, pero sólo sobreviven los más fuertes Ilona, ¿Por qué crees que me empeño tanto en ser tu amiga?- Bueno, amiga era una palabra demasiado fuerte para hacerlo realidad, me importaba un pepino su vida privada, la única cosa que realmente me interesaba era que ella pudiera incrementar su poder como médium ¿A qué le tenía tanto miedo? Simplemente se tenía que dejar ser y de esa forma podríamos dominar el mundo…aunque estaba más que claro que ella y yo no íbamos a poder hacer mucho pero si conseguía a mis otros civiles hermosos podía hacer grandes cosas, aunque algunos tendrían que morir…morir…una palabra que me estaba dando una buena idea –Hum..que mal, ¿Quieres que viva, cierto?- Pregunte enmarcando una ceja, pero mi cabeza iba más allá de mis palabras, estaba ideando un plan que no podía fallar e Ilona tendría que ser mi corderito, aquel que tenía que degollar.

Me eché a reír con sorna -¿Qué son esas palabras Ilona?- Y apagué mi sonrisa y la miré con desprecio –No sabes nada sobre mi vida, entonces no puedes hablar de cómo son los demonios- Todos los humanos creían que el ser demonio era tan sencillo que uno se sentaba y recogía almas ¿Qué historias eran esas? Estupideces, sin embargo, mis planes iban más allá que recolectar almas, si cabía alguna posibilidad las tomaba y ya, pero mientras pudiera tomar otras cosas que mis hermanos desearan, podía vivir un año más. Cambié la postura y la miré directamente a los ojos, me estaba poniendo de mal humor y todos saben que soy una persona que pulgas no tiene en lo absoluto –Si tanto reclamas la muerte de tu hermano ¿Por qué no lo matas?- Y ahí estaba la respuesta a todo, la muerte de Mircea podía hacer que Ilona sacará esa maldad que ocultaba bajo un manto de bondad e inocencia, era tiempo de que despertará de su mundo de maravillas y que diera la cabeza de lleno contra una pared. Sonreí a medias -¿Eres estúpida o te haces?- Pregunte está vez enfadada con ella misma. La tomé de inmediato de la muñeca y la obligue a levantarse conmigo –Me acompañaras a un sitio, por más que no quieras- Tiré de ella para que comenzará a caminar. Me sentía furiosa, y esa furia estaba invadiendo más y más todo el envase bonito que había conseguido, se había acabado la Ruby “bondadosa” ahora me convertía en lo que realmente era y sin necesitar mucho esfuerza. Ya le había tenido demasiada paciencia a Ilona, era tiempo de que despertara y si ella no iba a hacerlo, lo haría yo.

Off rol: El rol tendrá que seguir en el hospital Ilona ¿Te parece bien?

**Ilona Draculea** Dom Ene 11, 2015 11:19 pm

]Ilona se limitó a mirarla por un segundo. Ella misma sabía que no tenían absolutamente nada en común con aquel demonio –Simplemente sé que no tenemos nada en común, quizá el color de cabello- Si, quizá había usado por primera y única vez la ironía. Ruby sacaba a relucir las personalidades más horribles de cualquier ser humano, era lo que la rumana tanto temía, no quería ni siquiera saber cómo luciría su yo oscuro, era suficiente con los pensamientos pocos positivos que tenía y ya no quería que le surgieran más dudas al respecto. La demonio la estaba presionando para que Ilona le vendiera su alma, de eso estaba más que seguro que jamás daría el brazo a torcer, no perdería lo único puro que conservaba –Tu eres mala y si has tenido en algún momento alma, la has perdido porque has sido débil y no has podido conservarla ¿Qué te hace pensar que yo soy igual que tú?- Le dedico una mirada desafiante, no lograría sacarla de sus casillas, una de las cosas que la mantenía aún arraigada a la tierra era el hecho de que aún conservaba la calma. Ruby era un obstáculo que le habían impuesto para ganarse un poco más de paciencia.

Se encogió de hombros, realmente no sabía porque se empeñaba tanto en llevarla al lado oscuro y siempre mantenía la misma frase, que Ilona tenía una parte oscura de su alma que ella podría hacerla relucir. Dejó escapar un suspiro y la miró de soslayo –No sé porque te empeñas tanto. Yo no quiero ser tu amiga, así como tampoco quiero sobrevivir a está jungla, mi único objetivo es ser invisible- Sonrió, apenas y dejo caer su espalda contra el respaldo de la silla. Por más que deseará tanto ser invisible, le era casi imposible, sino era por su extraña vestimenta, era por su acento. Siempre existía algo que lograba que Ilona destacara del resto sin importar cuanto ella se esforzará por evitarlo.
Ilona no contesto ante la pregunta de la demonio rubio. Ya no sabía a ciencia cierta qué era lo que realmente quería para su hermano mayor. Por un lado deseaba que la enfermedad dejara de avanzar y que pudiera vivir una vida normal, pero existía un lado que la asustaba, ese que no dejaba ni siquiera que se filtrará por sus labios. Mircea iba a morir, eso lo sabía y ella sólo se quedaría mirando ¿Qué sentiría en aquel momento? Y la respuesta era mucho más aterradora que la pregunta.

¿Por qué no lo matas? Fueron las palabras que la atravesaron como dagas directo al corazón. Abrió los ojos aterrada, observando a Ruby. Miedo. Mucho miedo era lo que ahora la cubría de toda razón -¿Cómo…?- Ni siquiera podía dejar salir una frase, estaba paralizada porque era exactamente lo que muchas veces pensaba e imaginaba ¿Por qué no acababa de una buena vez por todas con la vida de su hermano? Se libaría para siempre de Mircea –No, nunca asesinaría a mi hermano- Se sorprendió porque al fin y al cabo siempre relucía la Ilona buena y egoísta. Notó como los dedos de Ruby se aferraban a la muñeca de la rumana y la tiraba para que se despegara del asiento para arrastrarla por todo el parque -¿A dónde me llevas?- Pregunto sorprendida, por más que sus pies quisieran detenerse, su cabeza no se lo permitía. Una parte de Ilona sabía dónde la llevaba a la fuerza, mientras que la otra parte se negaba a creerlo posible ¿Podía tener un peor día?

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002 Un pacto <Privado>

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