William Foster, On the Road

Más allá del horizonte seguía habiendo más problemas que cosas por las que verdaderamente valía la pena seguir luchando; pero Bill había aprendido que no hacía falta morir como un mártir, sino que se podía seguir adelante disfrutando las ventajas de aquel inusual oficio.
Luego de la muerte de su padre biológico, y de unos largos meses incontables para el cazador, recuerda haberse encontrado con un sujeto que, desde el primer momento, causo demasiados problemas para sí mismo. No recordaba su nombre, era similar a algo que tenía que ver con cerraduras de metal, pero luego de reflexionar por mucho tiempo al respecto, llegó a la conclusión de que aquello había sido otra más de sus alucinaciones.
El sujeto en cuestión desapareció de la noche a la mañana, se llevó su vehículo y sus cosas, como era de esperar. Pero William sólo podía recordar la riña y nada más. Golpes, sangre, muchos moretones y hasta una costilla con principio de fisuras. Lo que sea por lo que habían peleado, se le había ido, pero la cosa no quedaría allí.
Miró más allá del horizonte a través del parabrisas de su automóvil y sonrió alegre y sádicamente. Su cara no se le había ido, punto para Bill, lo buscaría, y luego de una charla amistosa entre cervezas y manoplas rebosantes en jugo de cazador, recobraría conocimiento de todo lo sucedido. Aquel sujeto no se libraría fácilmente de Foster… William Foster era mejor que un lobo hambriento a la hora de rastrear presas, y aquella era ahora la número uno en su lista.
Acelerando a fondo, cortó el viento y se fundió en aquel crepuscular horizonte rojo fuego. Temerían el momento en que molestaron al sujeto más demente conocido en el ambiente. El Harvelle’s Roadhouse sería su primera parada. ¿Qué mejor que comenzar allí su amistosa ronda de bebidas? El resto, sería historia…
Por otro lado, comienzan a llegarle rumores de sucesos extraños en diferentes partes del país, y un nuevo encargo surge inesperadamente por parte de un desconocido que promete una buena paga por entablar contacto con diferentes demonios de alto rango que vienen interviniendo en el plano civil desde hace varios meses. Will comienza a sospechar que todo esta relacionado, y cada vez más se convence de que las coincidencia no existen en aquel camino que se va volviendo cada vez más estrecho y repetitivo. Es entonces que se comienza a plantear si verdaderamente podrá llevar a cabo aquel encargo, aunque el resultado de su accionar ponga en riesgo más que su vida; sea quien sea el que este sujetando los hilos de la cuestión, promete ser mucho más poderoso de lo que aparenta de momento, y esa es la única razón por la que el cazador deberá moverse con astucia y rapidez.

La búsqueda llevada a cabo en el Road House había dado sus frutos, pero a su vez logró despertar la alarma y la curiosidad con respecto a un grupo de demonios ensañados en cometer justicia por mano propia liquidando al cazador poco amigable. Es este último aspecto, lo que lleva a Bill a buscar nuevas respuestas a nuevos interrogantes que salen a flote mientras sigue acortando, poco a poco, la brecha que lo separa de su fugitivo misterioso, al cual, tarde o temprano, podrá ponerle las manos encima.